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miércoles, 23 de octubre de 2013

Mas historias nigromanticas

La culpa.

Un joven nigromante, emocionado por crear una flor con forma humana, hermosa, delicada, con un aroma dulce; volteó a ver a su maestro quién solo se rascó la barba. “Excelente, pero harán pedazos a tu poderosa creatura”; el muchacho se lo pensó unos segundos, “Entonces solo tengo que destruirla y hacer otra mejor”; su maestro lo vio con ojos severos y pronuncio seriamente, “Haz creado una fragil e inocente creatura, y lo unico que ambicionas es destruirla?”; el alumno volteó hacia su flor y solo dijo deprimido y arrepentido, “Lo siento, yo te cuidare y te haré fuerte”; floreció la planta y surgieron unas palabras con gran dulzura, “Gracias”, el muchacho sonrió y su maestro lo observo severamente “Crear vida solo para destruirla es cosa que solo los demonios y mounstros hacen”; su alumno volvió a su depresión.

Paciencia.

Un viejo nigromante enseñaba a su joven alumno a crear un homúnculo que lo proteja y le sirva; “Lo que hagas debe de ser poderoso, pero más que nada, debe ser útil, de lo contrario solo sería un adorno”. Esa era la frase de su maestro. Su alumno para practicar usaría una semilla que compró a una anciana. Su maestro vio con algo de asombro la semilla, su alumno agrego en orden los ingredientes: algo de savia como sangre, una roca de alma mediana y la semilla de Venus; surgió una flor que tenía un gran bulbo. "¿Eso es todo?"; su alumno esperaba ver algo gigánt,e “tienes que regarla y cuidarla durante 180 días, tal vez…”, decía su maestro mientras veía crecer el pasto, “Los nigromantes damos vida y la quitamos, pero nadie dijo que lo hacemos rápidamente”


Historia corta.

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